Ver la paja en el ojo ajeno es mucho fácil que advertir la viga en el propio, aunque ella resulte elocuente a los ojos del público.

Sr. Director:
"No basta con evocar la democracia ni hablar en nombre de ella". Esa es la convicción que expresan ayer en estas páginas el presidente Boric y los otros gobernantes convocados a la denominada cumbre progresista. Lo cierto, sin embargo, es que precisamente desde ese ángulo —hechos y no palabras— el oficialismo criollo se encuentra al debe en el último lustro. ¿Qué otro grupo político ha intentado en el Chile del siglo XXI derrocar al mandatario democráticamente electo? ¿Qué otro Presidente de la República ha incurrido en una intervención electoral tan desvergonzada como la que observamos en los meses previos al 4 de septiembre de 2022? ¿Quiénes han obstaculizado hasta última hora la certeza respecto de las reglas electorales, llegando incluso a buscar excluir del sufragio a los inmigrantes habilitados para votar?
Quizá —nunca es tarde— esta cumbre podría servir para que la izquierda chilena exprese una autocritica a la altura de las circunstancias. No obstante, considerando el perfil de los gobernantes asistentes —que a la falta de autocrítica añaden muy dudosas credenciales en materia de corrupción—, lo más probable es que estos días predominen los discursos contra la "ultraderecha" y otros lugares comunes. Ver la paja en el ojo ajeno es mucho fácil que advertir la viga en el propio, aunque ella resulte elocuente a los ojos del público.
Claudio Alvarado R.
Director ejecutivo IES