Ad portas de iniciar su último año de gobierno, la nueva izquierda definitivamente no logra “habitar el cargo”. Al fin y al cabo, siempre resurge en ellos la nostalgia por los días del activismo o la dirigencia estudiantil. Quizá ahí reside su auténtica vocación.
Señor Director:
En su última cuenta pública, así como en varias otras ocasiones, el Presidente Boric dijo reivindicar el diálogo y los acuerdos en beneficio del país. En concreto, el pasado 1 de junio afirmó su “íntima convicción” en orden a “resolver los problemas de nuestra patria” y “tener un país más pacífico, sin fracturas”. Ayer, sin embargo, La Moneda nuevamente borró con el codo lo que antes escribió con la mano.
Por un lado, el mandatario divulgó información al menos equívoca en sus redes sociales y, no conforme con eso, fustigó a las AFP (mientras en paralelo se discute una reforma previsional en el Senado). Por otro lado —y para no ser menos—, la ministra Orellana hizo lo propio con el arzobispo de Santiago, Fernando Chomali (quien solo había reiterado su legítimo reparo contra las leyes de aborto).
Ad portas de iniciar su último año de gobierno, la nueva izquierda definitivamente no logra “habitar el cargo”. Al fin y al cabo, siempre resurge en ellos la nostalgia por los días del activismo o la dirigencia estudiantil. Quizá ahí reside su auténtica vocación.